EL 73% DE LAS PERSONAS CON ASMA NO TIENEN LA ENFERMEDAD BIEN CONTROLADA SALUD
Varios estudios subrayan las dificultades
de especialistas y pacientes a la hora de manejar bien las crisis
asmáticas. El Día Mundial del Asma se celebra el 5 de mayo.
Un estudio realizado por especialistas de la sociedad científica
que aglutina a los neumólogos y cirujanos del tórax del sur de España,
Neumosur, que desempeñan su labor profesional en los hospitales Virgen
del Rocío de Sevilla, Carlos Haya de Málaga y San Cecilio de Granada,
señala que el hecho de haber sufrido una exacerbación grave de asma es
un factor que predispone a padecer otra crisis asmática similar.
En un comunicado, Neumosur ha informado de que este trabajo de investigación, que ha recibido el premio Doctor Rodríguez Panadero al mejor artículo original científico que otorga esta sociedad científica, fue realizado en 407 pacientes mayores de 12 años, con una edad media de 39,2 años, seguidos en consulta externa de Neumología a lo largo de un año.
La mayor parte de los pacientes participantes, más del 80 por ciento, presentaban en la primera revisión un asma leve o moderada persistente, siendo excluidos del estudio aquellos con la enfermedad en un estado más severo y que presentaban más exacerbaciones previas, cuyo perfil sí había sido estudiado en anteriores trabajos sobre los factores predictivos de exacerbaciones de asma.
Al inicio del estudio, más del 80% de los pacientes tenían un asma persistente leve o moderada, el 73% de ellos no tenían su asma bien controlada -habitualmente por no tomar adecuadamente el tratamiento- y, de los que tomaban tratamiento, la mayoría lo realizaba con una combinación de un broncodilatador de acción prolongada (LABA) y un corticoide inhalado (CI).
Por lo tanto en la primera revisión, sólo el 27% de los pacientes tenían su asma controlada. La necesidad de mejorar el control es uno de los pilares clave del Día Mundial del asma, que se celebra el 5 de mayo. Durante el seguimiento fueron revisados a los cuatro, ocho y doce meses, mejoraron el control de su enfermedad de forma progresiva, estando totalmente controlada en más del 51 por ciento de los casos al año, con lo que se apreció una respuesta significativa en la mejoría clínica de los pacientes. Del total de pacientes, presentaron durante el seguimiento una exacerbación grave el 8%.
Dentro de los factores predictivos de presentar una exacerbación grave, el más importante fue el antecedente de una exacerbación grave en el año previo, siendo también un factor a considerar como factor predictivo el grado de control del asma estimado por el 'Asthma Control Test' (ACT). Este test contiene cinco preguntas que incluyen preguntas sobre cómo puede afectar el asma para realizar tareas comunes, la frecuencia con la que le ha faltado el aire al paciente, si los síntomas del asma le han despertado durante el sueño o con qué frecuencia se ha tenido que utilizar el inhalador de rescate.
Las conclusiones del estudio indican que puede haber un fenotipo, es decir un grupo concreto de pacientes, exacerbador, que tienen más riesgo de padecer exacerbaciones y en los que con un seguimiento más directo con revisiones cada cuatro meses, puede mejorar de forma significativa su situación clínica al mejorar el grado de cumplimiento de la medicación, la técnica de realización de los inhaladores y, en definitiva, adaptar mejor el tratamiento a la evolución de la enfermedad.
En un comunicado, Neumosur ha informado de que este trabajo de investigación, que ha recibido el premio Doctor Rodríguez Panadero al mejor artículo original científico que otorga esta sociedad científica, fue realizado en 407 pacientes mayores de 12 años, con una edad media de 39,2 años, seguidos en consulta externa de Neumología a lo largo de un año.
La mayor parte de los pacientes participantes, más del 80 por ciento, presentaban en la primera revisión un asma leve o moderada persistente, siendo excluidos del estudio aquellos con la enfermedad en un estado más severo y que presentaban más exacerbaciones previas, cuyo perfil sí había sido estudiado en anteriores trabajos sobre los factores predictivos de exacerbaciones de asma.
Al inicio del estudio, más del 80% de los pacientes tenían un asma persistente leve o moderada, el 73% de ellos no tenían su asma bien controlada -habitualmente por no tomar adecuadamente el tratamiento- y, de los que tomaban tratamiento, la mayoría lo realizaba con una combinación de un broncodilatador de acción prolongada (LABA) y un corticoide inhalado (CI).
Por lo tanto en la primera revisión, sólo el 27% de los pacientes tenían su asma controlada. La necesidad de mejorar el control es uno de los pilares clave del Día Mundial del asma, que se celebra el 5 de mayo. Durante el seguimiento fueron revisados a los cuatro, ocho y doce meses, mejoraron el control de su enfermedad de forma progresiva, estando totalmente controlada en más del 51 por ciento de los casos al año, con lo que se apreció una respuesta significativa en la mejoría clínica de los pacientes. Del total de pacientes, presentaron durante el seguimiento una exacerbación grave el 8%.
Dentro de los factores predictivos de presentar una exacerbación grave, el más importante fue el antecedente de una exacerbación grave en el año previo, siendo también un factor a considerar como factor predictivo el grado de control del asma estimado por el 'Asthma Control Test' (ACT). Este test contiene cinco preguntas que incluyen preguntas sobre cómo puede afectar el asma para realizar tareas comunes, la frecuencia con la que le ha faltado el aire al paciente, si los síntomas del asma le han despertado durante el sueño o con qué frecuencia se ha tenido que utilizar el inhalador de rescate.
Las conclusiones del estudio indican que puede haber un fenotipo, es decir un grupo concreto de pacientes, exacerbador, que tienen más riesgo de padecer exacerbaciones y en los que con un seguimiento más directo con revisiones cada cuatro meses, puede mejorar de forma significativa su situación clínica al mejorar el grado de cumplimiento de la medicación, la técnica de realización de los inhaladores y, en definitiva, adaptar mejor el tratamiento a la evolución de la enfermedad.
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