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Es un proyecto del profesor Víctor Luis Gutiérrez, que insiste en la necesidad de buscar la «sostenibilidad social» para estas personas
Que los inmigrantes que llegan a la provincia de Jaén para trabajar
en cooperativas y pequeñas empresas no tengan problemas de convivencia.
Es el objetivo que Víctor Luis Gutiérrez, profesor del Departamento de
Derecho Público y Común Europeo de la UJA, se propuso con su proyecto
'Integración de inmigrantes en el sector oleícola', un estudio que está a
punto de concluir y que lleva a cabo junto con el profesor Juan
García-Blesa, de la Universidad alemana de Hagen.
La idea, explica Gutiérrez, era buscar la «sostenibilidad social, que es clave en el tema de la inmigración». Esto es, establecer métodos para que las cooperativas y pequeñas empresas, sobre todo familiares, puedan integrar a los inmigrantes que llegan para trabajar, muchas veces sólo para temporadas. «Vimos que en Alemania se han hecho varios estudios de este tipo para resolver los problemas que estos casos surgen con los inmigrantes y creímos que era una buena idea trasladarlo a Jaén, donde recibimos mucha población inmigrante, sobre todo en época de aceituna», manifiesta el profesor de la UJA. Víctor Luis Gutiérrez recuerda que estos inmigrantes «son personas con una realidad familiar y social que llegan a un territorio completamente distinto al suyo y que, normalmente, viven un choque social y cultural muy fuerte». De ahí se hayan hecho varias reuniones con asociaciones oenegés y expertos en la materia «para ir viendo los problemas que se plantean en la práctica con la integración de los inmigrantes, por ejemplo con todos los trámites administrativos que necesitan y que muchas veces no saben resolver bien», indica el profesor.
Además, el pasado octubre se celebró un congreso entre Baeza donde asistieron expertos de diversos países que explicaron la situación que se vive en sus territorios. Por ejemplo, señala Víctor Luis Gutiérrez, «vinieron de universidad de Florida (EE UU) para hablarnos de la integración de los latinos en EE UU, nos explicaron cómo resolvieron estos temas allí; también asistió un profesor austriaco que es el que ha creado la idea de sostenibilidad social». El estudio, indica el profesor, está muy avanzado y en la actualidad se están redactando las conclusiones para poder presentar una especie de protocolo a seguir que ayude a proteger los derechos humanos de los inmigrantes.
Gutiérrez considera que las asociaciones agrarias también pueden jugar un papel fundamental en este sentido, «ya que tienen muy clara cuál es la situación y pueden reivindicar a la administración que se modifiquen algunos procesos que facilitarían mucho la labor a los inmigrantes», apostilla.
La idea, explica Gutiérrez, era buscar la «sostenibilidad social, que es clave en el tema de la inmigración». Esto es, establecer métodos para que las cooperativas y pequeñas empresas, sobre todo familiares, puedan integrar a los inmigrantes que llegan para trabajar, muchas veces sólo para temporadas. «Vimos que en Alemania se han hecho varios estudios de este tipo para resolver los problemas que estos casos surgen con los inmigrantes y creímos que era una buena idea trasladarlo a Jaén, donde recibimos mucha población inmigrante, sobre todo en época de aceituna», manifiesta el profesor de la UJA. Víctor Luis Gutiérrez recuerda que estos inmigrantes «son personas con una realidad familiar y social que llegan a un territorio completamente distinto al suyo y que, normalmente, viven un choque social y cultural muy fuerte». De ahí se hayan hecho varias reuniones con asociaciones oenegés y expertos en la materia «para ir viendo los problemas que se plantean en la práctica con la integración de los inmigrantes, por ejemplo con todos los trámites administrativos que necesitan y que muchas veces no saben resolver bien», indica el profesor.
Además, el pasado octubre se celebró un congreso entre Baeza donde asistieron expertos de diversos países que explicaron la situación que se vive en sus territorios. Por ejemplo, señala Víctor Luis Gutiérrez, «vinieron de universidad de Florida (EE UU) para hablarnos de la integración de los latinos en EE UU, nos explicaron cómo resolvieron estos temas allí; también asistió un profesor austriaco que es el que ha creado la idea de sostenibilidad social». El estudio, indica el profesor, está muy avanzado y en la actualidad se están redactando las conclusiones para poder presentar una especie de protocolo a seguir que ayude a proteger los derechos humanos de los inmigrantes.
Buen ejemplo
«Económicamente no implica nada, muchas veces son cosas que no se
hacen por desconocimiento y que solucionarían muchos problemas a estas
personas» señala el director del proyecto, que pone como ejemplo de
buena práctica en este sentido el programa piloto que la Diputación
Provincial implantó para la escolarización de los hijos de los
inmigrantes temporeros. «Viene a solucionar el problema de los padres
que no saben dónde dejarlos mientras trabajan y, al mismo tiempo, evitan
que se lesionen los derechos de los menores», señala el profesor.Gutiérrez considera que las asociaciones agrarias también pueden jugar un papel fundamental en este sentido, «ya que tienen muy clara cuál es la situación y pueden reivindicar a la administración que se modifiquen algunos procesos que facilitarían mucho la labor a los inmigrantes», apostilla.
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